sábado, 30 de noviembre de 2013

LA FELICIDAD ESTÁ DENTRO DE UNO MISMO




Paco era un hombre de los que nunca podríamos decir que fue lo que la gente llama “normal”.

No estaba encasillado en el modelo que por poco le imponian.
El mundo en el que el vivía era el aquel muchos hubieran deseado ya que tenia “todo”.

Vivía en una casa que era la mejor de su barrio, a los 17 años ya tenía auto.

Se codeaba con los hijos de las mejores familias de la ciudad. Su ropero era lleno de diferente ropa y cada seis meses, podía regalarla y cambiarla por otro ropero diferente.

Le hablaban de Éxito, y se burlaba. ¿Qué es el éxito?
Lo que otros luchan por tenerlo, el a su corta edad, ya lo tenia. Y no lo llamaba “éxito”.

Su familia le recalcaba que debía se un hombre feliz, pero le hacia acuerdo de que había algo de anormal en el. El por dentro el se sentía diferente y nada de esto tenia que ver con su orientación sexual.

Para el dinero no era el éxito, no creía que se pudiera ser feliz por su estatus. Ni tampoco por lo que vistiera. Siempre había un peso en el. Una amargura inmersa que no sabía como explicar.

Cuando estaba fuera, no deseaba volver a casa. Prefería quedarse con sus amigos, que aunque igual que él tenían dinero, no pensaban en que eso les hacia felices. Compartía con ellos momentos de los mas sencillos, y a pesar de que ellos tenían muy buenas posiciones económicas, jamás presumían serlo.

Paco se volvió solitario en su barrio, encerrado en su casa. Arrogante con el resto de personas que lo criticaban. La envidia de su familia lo acosaba. Se sentía en una cárcel.

Para huir, se fundía en el mundo de los espectáculos. En el mágico mundo del cine. En coleccionar música de obras de Broadway o los más grandes musicales de Hollywood. Sus ahorros gastaban en todos los espectáculos que venían a la ciudad. Eso era su felicidad. Su sueño interno era crear esos espectáculos, componer esa música, hacer soñar a la gente.

Aunque en su mundo, la gente le decía que todo el mundo es malo y a pesar de ser Católicos su madre le aconsejaba que no confiara en nadie. Paco no creía eso. Porque para hacer un espectáculo en que haga soñar a la gente, se necesitan gente creativa, gente que no sea destructiva, gente que aunque tenga problemas por dentro, haga vibrar a la gente, que a pesar de estar tristes, pueden llevar a la gente un halito de esperanza.

El ver un espectáculo, un show, un circo, un ballet, una opera, le hacia soñar, y le hacia ver que a pesar de todo en el mundo también existe gente buena que puede con talento compartir con otros
y hacernos felices, aunque sea tan solo por un momento.

Su madre le dijo que estaba loco porque le gustaban estas cosas fantasioasa, que a otros “normales” de su edad no les gustaban. Sus tías le dijeron que era mariquita. En su casa jamás se sintió que encajara.

Mas sus amigos de Colegio siempre lo apoyaron. Conversaban con él de estos temas, iban a shows,
y ellos no eran mariquitas. Simplemente tenían otro tipo de educación y cultura.

Paco no tuvo otra alternativa que dejar su familia, su entorno. Jamás seria feliz con ellos.
Ellos veían la felicidad solo en lo externo. El buscaba algo más allá.

Al dejar su casa, su familia, su todo. El se sintió solo…. Pero a la final…se encontró a si mismo. El sabía que seria feliz, si simplemente hacia también soñar a la gente, tal como él le hicieron soñar en sus momentos más difíciles. De los cuales su familia jamás capto que los tenía.

Y desde hace mucho tiempo a eso se dedico… Aunque por hacer soñar a la gente, el también vivió soñando y se alejo de la realidad y se olvido del mismo.

Pero a la final, no se arrepiente. Hizo lo que le gusto. Y comprobó que la felicidad no esta en el dinero, ni en el estatus. Sino esta dentro de uno mismo.

Que a todo Dios nos dio un don, y si le ponemos al servicio de los demás, esto nos hará felices.

* Carta hecha para mi Psicologo.
Francisco Guayasamin

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy te escribo desde mi corazón y quiero agradecerte por tomarte el tiempo de haber leído mis artículos, créete que hecho me ha hecho feliz y el hecho de que me publicaras en País Canela, me hace sentir bien.... ojala que la tormenta de los cosas buenas te coja con el paraguas roto y te inundes de lo bueno de la vida espero pronto conocernos y así darte un abrazo— me siento bendecido con Francisco Guayasamin.

GABRIEL