martes, 16 de mayo de 2023

¡QUÉ VIVA LA MOGIGATERIA! QUE PULULA TAMBIÉN EN EL AMBIENTE GAY

 

En 1992 fui ir a trabajar a Cuenca. Ya me advirtieron: “Es una ciudad “hipócrita y mojigata”. Sé que esto les puede doler a ciertos cuencanos, pero así es como piensan la gente del resto del país sobre su modus vivendi, sin darnos cuenta que en Ecuador a pesar de gritar a los cinco vientos que es un país católico, la mayoría de gente tiene una doble moral.

Cuenca era una ciudad sumamente conservadora, curuchupa, con letreros en las puertas de las casas que advertían: “Somos católicos, no moleste. En lo que pude experimentar sobre la gente “curuchupa”, vi que esta actúa con una gran dosis de hipocresía. Una persona que se auto califique como “curuchupa”, es una persona indigna de confianza.

Viví con los carmelitas descalzos, en la Virgen de Bronce. Y sí que experimente lo que era la hipocresía. Por adelante era “Francisquito” pero por atrás, el puñalaso. Pero también aprendí de uno de un buen sacerdote, que el único camino para salir todos adelante es la “solidaridad”. Dentro de la comunidad religiosa que yo vivía existía un prior con un carisma increíble, una apariencia de santidad e intelectualidad que evocaba admiración en los miembros de su rebaño, y una presencia que evocaba a las mujeres desear pecar e irse al infierno con el. En su vida privada este curita no era el “santo hombre” que todos imaginaban. Frecuentes amoríos, vida sexual activa y para colmo era amante de la esposa de su mejor amigo. Justamente cuando algún postulante o novicio se daba cuenta de sus actividades sexuales secretas y lo cuestionaba. Aparecía “el poder”. La mejor forma de liberarse de aquellos era acusarlos ante a sus superiores que “eran homosexuales”. Jamás el les decía a los afectados la verdad sobre la acusación que hizo ante sus superiores. Para expulsarlos, él les decía – No tienes vocación.

Era triste ver como jóvenes que no eran homosexuales y tenían posiblemente más vocación de servicio que este simulacro de cura, eran despojados de sus sueños de servir a los demás solo por las ansias de poder de un ciego. Ahora a este acto en el activismo lo llaman “empoderamiento”.

Lo irónico de este caso es que descubrí que este hombre que despertaba bajas pasiones en las mujeres, también lo hacía con los hombres. Los hombres que tenían sexo con hombres en Cuenca, hacían lo mismo. Regaban la voz acusando a aquel con quien ellos habían tenido relaciones sexuales, que el otro era “homosexual”. No daban las fuentes de cómo lo sabían. Solo aseveraban que el otro era el “maricón”. Ellos “No”.

Esta experiencia fue el culmen de varias anteriores y que me ayudaron a validar mi hipótesis que había estado gesticulando en mi mente en varias investigaciones. En el mundo de las religiones “El máximo enemigo del homosexual, es el mismo homosexual”.

No solo en el mundo de las religiones, también en el mismo ambiente gay, comprobaba que somos los mismos homosexuales los máximos homofóbicos.

La mojigatería e hipocresía, por la doble vida que teníamos que llevar, está inmersa fuertemente inmersa en nosotros. Por eso cuando veo a ciertos simulacros de activistas gritando a viva voz: “La homosexualidad no es enfermedad, la homofobia sí” sale dentro de mí una risa sarcástica e irónica.

Pero la olla de presión de tanta hipocresía explotó en Cuenca. Fue allí fue donde empezó el movimiento para que la homosexualidad se despenalice en Ecuador. Actualmente leemos en el historial de esta epopeya como aparecieron los héroes de la película.

Pero ustedes se han preguntado - ¿Dónde están los que realmente fueron los que dieron el primer grito de independencia GLBT? . ¿Qué paso con ellos?

A los actores principales, a los que fueron víctimas, a los que denunciaron este atropello, se les invisibilizo totalmente. Los han quitado del mapa. Ahora aparecen las grandes fundaciones sobre todo de Quito, que escriben en su historial que gracias a ellos se despenalizo la homosexualidad en Ecuador.

Actualmente en Cuenca, se sigue con el mismo error. Se confunde de que, porque ya se tiene bares gays, ya están avanzando, pero el terror de gays , lesbianas y bisexuales profesionales y maduros sigue. Gran parte de ellos siente miedo de que su familia o conocidos se enteren de su orientación sexual, y no van a estos sitios gays debido a que temen que sea el mismo gay cuencano que los denuncie como ya ha pasado en varias ocasiones anteriores.

Eso no pasa solo en Cuenca. Si hablamos de mojigatería e hipocresía. Lo sigue pasando en el resto de ciudades, incluso las que se dan de “mente abierta”.

Deje de asistir hace vario tiempo a las reuniones de las organizaciones tanto GLBT y las VIH SIDA, porque la mojigatería y la hipocresía son base de sus reuniones. Lo que escuchaba era:

- Primero yo, segundo yo, y tercero yo. ¬ En pocas palabras: Yo quiero figurar.

- Yo quiero ser reconocido. - Yo quiero ser admirado. - Yo quiero viajar – Yo tengo la razón

– Yo pienso así – Yo opino así, y tal como soy yo, tiene que ser el resto… Todo se basaba en el Yo, yo, yo… El resto… vale un comino… El resto simplemente es un instrumento para que YO obtenga lo que YO quiero. En esas reuniones jamás el “Yo” mojigato dejaba espacio para la solidaridad. peor a la honestidad, y muy difícilmente al ser “real”. Y eso sigue pasando hasta ahora.

Este artículo me pidió que lo escribiera una cuencana aduciendo que su ciudad tiene la fama de mojigata e hipócrita… pero…

Cuando veo a gente que abraza a sus amigos afectuosamente le dan un beso en la mejilla, para luego ante otros destruirla.

Cuando veo los sitios web para gays, donde la mayoría hambriento de sexo posan desnudos sin enseñar su rostro para que se los coman, pero si alguien muestra su cara, el resto lo calificara de “indecente”, “indigno” y hasta aducirán - Poso desnudo porque no tiene nada que perder”.

Cuando el promiscuo ciegamente advierte a otro - No te lleves con él porque es promiscuo.

Cuando veo en el ambiente gay a varios presumir que tienen dinero, pero al hablar se les nota de que carecen de educación.

Cuando veo a gente que se escandaliza porque hay aparecen mujeres mostrando sus tetas en las revistas o en la TV, pero no se escandalizan para nada al comprar periódicos donde el principal tema es “la sangre”.

Cuando veo gente en los grupos religiosos, en las reuniones de fundaciones en VIH, GLBTI, derechos humanos, adopciones, defensa de menores de edad, feministas, que gritan a los cinco vientos lo bien que hacen su trabajo, y por otro lado son gente corrupta.

Cuando decimos orgullosamente que somos una sociedad cristiana, pero los medios de comunicación están llenos de violencia muerte, programas basura y los accionistas de estos medios o patrocinadores de estos programas son gente que pertenece a estos grupos religiosos.

Cuando hablan que “la familia es la base de la sociedad”, pero en su gran mayoría de familias el hombre maltrata a la mujer, los abusos sexuales contra menores de edad son cometidos por los mismos familiares, los abortos son cometidos porque justamente los defensores de este slogan no supieron asumir su responsabilidad.

Cuando hablamos de compasión, pero no nos inmutamos ante el dolor de otros.
Cuando el mismo homosexual homofóbico, acusa a la sociedad de ser homofóbica.
Cuando veo que los famosos matrimonios gays que se hicieron en Ecuador, solo se hicieron por buscar la fama, o el reconocimiento de alguna organización, incluso algunos que hicieron su unión de hecho sin afecto y amor alguno.

Cuando hablamos, peleamos por nuestros derechos y pisoteamos el derecho de otros, sobre todo el derecho a la vida, como es el que haya personas viviendo con VI H y transmitan el VIH a otros, o ciertos lideres GLBTI hagan campañas a favor de matar una criatura viva dentro del vientre de una madre.

Cuando algunos dirigentes de organizaciones en VIH SIDA aducen que es el discrimen y el estigma les impide salir adelante, siendo ellos mismos hablan mal de otros, critican, mienten, discriminan y estigmatizan a quien no esté de acuerdo con ellos.

Cuando los activistas GLBTI y en VIH SIDA, piden tolerancia, y son intolerantes ante las creencias religiosas o espirituales de otros.

Cuando en las reuniones de VIH presumen de cuanto han avanzado, pero solo piden dinero, dinero y dinero para luego presumir de los viajes “incluso de turismo sexual” que algunos han realizado.

Cuando las organizaciones en VIH piden la privacidad del paciente, pero los chismes sobre personas viviendo con VIH y otros… vuelan.

No, no solo Cuenca tiene esta característica, la sociedad es mojigata e hipócrita. Por eso yo aprendí que para ser libre y vivir bien… jamás tengo que vivir de lo que dirán los demás. Aprendí a no aferrarme a nada. A no hacerme daño y no hacer daño a otros.… Es tan simple… la hipocresía se elimina “viviendo en verdad”. Una mentira genera otra mentira, y la mentira sigue cada vez creciendo, y la persona jamás llegará a ser feliz. El problema no es la busca de la verdad, el problema es que el ser humano y sobre todo el activismo GLBT y del VIH se vive una  continua mentira.

Por eso es mejor entierrar la doble vida… para aprender a ser “real”.

Francisco Guayasamín


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